sábado, 21 de noviembre de 2009
La ética protestante y el espíritu del capitalismo.
INTRODUCCIÓN DE LA OBRA.-
La Ética protestante y el espíritu del capitalismo es una obra escrita por Max Weber entre los años 1904 y 1905 como una serie de ensayos. Posteriormente se publicó como libro.
Las tres ideas principales que desarrolla Weber en esta obra son el efecto de las ideas religiosas en las actividades económicas, la relación entre estratificación social e ideas religiosas y las características singulares de la civilización occidental.
Justamente en la Introducción, refiriéndose a estas características propias de Occidente, Weber plantea la pregunta: ¿qué serie de circunstancias han determinado que precisamente solo en Occidente hayan nacido ciertos fenómenos culturales que parecen marcar una dirección evolutiva de universal alcance y validez?
Todas las culturas produjeron Ciencia, Música, Arquitectura, Arte y Derecho. No obstante, únicamente en Occidente hay “ciencia” en aquella fase de su evolución que reconocemos como “válida”. En todas partes ha habido conocimientos empíricos, meditación sobre los problemas del mundo y de la vida, filosofía de matices racionalistas y teológicos. Pero a estos conocimientos les hace falta la fundamentación matemática y la demostración, experimentación y sistematización racionales que desarrolló Occidente.
Y, así, como diversos fenómenos culturales se han producido fuera de Occidente, el afán de lucro es una tendencia que se encuentra en todas las épocas y en todos los lugares… en toda circunstancia que ofrezca la posibilidad de enriquecerse.
El cambio se orienta a la obtención de una ganancia. Lo decisivo de la actividad económica consiste en guiarse en todo momento por el cálculo del valor monetario aportado y el valor monetario obtenido al final.
valor monetario aportado
+ valor monetario obtenido al final
= ganancia
Pero este valor podía ser de carácter irracional o especulativo o se basaba en su adquisición por medio violentos (guerras o explotación). Por tanto, ya que el empresario capitalista se ha hallado universalmente extendido, el capitalismo basado en el afán de lucro es un concepto elemental e ingenuo.
El capitalismo tiene en Occidente unas formas, características y direcciones que no se conocen en ninguna otra parte. La diferencia entre el capitalismo que se dio fuera de Occidente y el capitalismo occidental es la organización racional-capitalista del trabajo formalmente libre. Esto quiere decir el cálculo de las probabilidades del mercado que no se deja llevar por la especulación irracional o política.
La moderna organización racional del capitalismo europeo no hubiera sido posible sin la intervención de dos elementos determinantes en su evolución:
- La separación de la economía doméstica y la industria (dada a partir de las Revoluciones Industriales).
- Contabilidad racional (cálculo previo no basado en la especulación).
Así también, la organización racional-capitalista del trabajo formalmente libre produjo el proletariado como clase y la influencia en la ciencia.
- El proletariado aparece por la organización racional del trabajo libre como industria. Siempre ha habido lucha de clases (deudores y acreedores, siervos y señores de la tierra, comerciante y consumidor), pero solo en Occidente se da la moderna oposición entre empresario y jornalero libre.
- El capitalismo moderno ha sido profundamente influenciado por los avances de la ciencia occidental (ciencias naturales exactas y racionales de base matemática y experimental). A su vez, el desarrollo de estas ciencias se debe a la aplicación técnica que de ellas, con miras económicas, hace el capitalista.
CALVINISMO Y CAPITALISMO.-
Weber disentía con Marx en que la primacía del factor económico del capitalismo residía en la plusvalía, sino en la eficiencia social de unos valores encarnados por la ética protestante, que ha hecho del trabajo un estilo de vida que va mucho más lejos del puro elemento económico e impregna todas las acciones. Para este autor, la ideología, sobre todo la religiosa, es el principio fundamental que rige la vida de las personas.
Weber vincula el nacimiento del capitalismo al desarrollo de la doctrina calvinista de la predestinación y la consiguiente interpretación del éxito económico como garantía de la gracia divina. Lo que plantea Weber es que la ética protestante inculca la necesidad de agradar a Dios desde el compromiso de trabajo y las tareas que cada uno realiza. Por lo que el capitalista se distingue por una sunción de riesgo responsable, ausencia de ostentación y satisfacción del deber cumplido.
Este ethos es un orden normativo interiorizado que da forma a la conducta y que tiene consecuencias en el cuerpo social.
Por tanto, el “espíritu del capitalismo son ideas y hábitos que favorecen la búsqueda racional de ganancias económicas. El capitalismo se constituye en un freno y en la moderación racional de este impulso racional lucrativo.
Un acto de economía capitalista significa un acto que descansa en la expectativa de una ganancia que se basa en probabilidades recíprocas de cambio y probabilidades pacíficas de lucro.
MARIA GABRIELA MONCAYO
TEROAI SOCIAL
FLACSO 2009
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